Sainz llega sin rueda de repuesto pero más líder
El madrileño sufrió dos pinchazos que pudieron costarle un disgusto, pero tuvo la fortuna de conseguir completar los últimos 272 kms. del día sin más incidentes para acabar segundo, afianzándose en cabeza
Pues encomendándome al de arriba y yendo con mucho cuidado, esquivando piedras, algo que era casi imposible". Así resumía Carlos Sainz, con la primera sonrisa amplia que se le ve al acabar una especial, el alivio que sentía al llegar a este lugar perdido del mundo entre las montañas de arena de Copiapó.
Y es que la famosa, y deseada por sus rivales, mala suerte del doble campeón del mundo de rallys, campeón de raids y líder de este Dakar ofreció ayer una cara distinta. Si bien es verdad que el madrileño pinchó dos veces su Volkswagen Race Touareg camino de Copiapó, también es cierto que estuvo sin rueda de respuesto los últimos 272 kilómetros de la especial, los más complicados, repletos de piedras puntiagudas del desierto de Atacama, residuos de las minas que cubren esta zona de Chile. Aún así, Sainz fue segundo en la clasificación de la etapa con sólo 42 segundos de desventaja sobre Peterhansel y, lo que es más importante, con Al Attiyah a más de tres minutos del madrileño, que afianza su liderato de regreso al límite del cuarto de hora.
Sainz este año sigue sin ganar ninguna etapa (aunque ése es un dato que sólo queda para la estadística), pero ayer pudo lograrlo de no ser por los dos pinchazos en un día en el que, pese a todo, se buscó un nuevo aliado: la suerte. Al Attiyah seguirá la batalla, pero ayer en el campamento sólo podía agitar la mano de arriba a abajo: "Muy difícil, muy difícil".
lunes, 11 de enero de 2010
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